martes, 7 de octubre de 2014

Wife Carrying World Championships

Es, sin duda, un deporte rarito donde los haya. Consiste en que el marido lleva cargada a la mujer en la espalda y recorre con ella los 250 metros, llenos de obstáculos, que lo separan de la meta y de un premio que consiste en el peso de la mujer en cerveza. A Fernan le suena de puta madre, de hecho ya se ha convencido de que se casará con una mujer entrada en carnes (para obtener así más cerveza). Sin embargo, deberá ahorrar bastante para conseguir un par de boletos de avión que lo lleven a él y a la futura señora de Castro (hay que ponerse posesivos y convencionales en este tipo de comentarios) a Finlandia.



Solemos pensar en las sociedades nórdicas como ejemplos perfectos de civismo, modernidad y otras papanatas (como diría el matrimonio Castro). Pero la verdad es que en todas partes cuecen habas y un país que gasta casi la mitad de su presupuesto nacional en Educación, puede también organizar una competición de este tipo. Estaría todo bien si la esposa pudiera acarrear al marido, o la esposa acarreara a la esposa, o el marido a su marido. Pero ya se sabe como es esto de las tradiciones.

La cuestión es que el evento es todo un éxito y en Finlandia se lo toman muy en serio; es decir, la gente se entrena y se prepara concienzudamente para esta tarea y el resultado es más o menos este:


La cosa tiene su intríngulis; te puedes caer, la esposa se te puedes quedar en el camino, o peor: ahogarse en el primer obstáculo. Pero lo más humillante es quedar en evidencia ante un tipo rubio, alto, rudo y que lleva una indumentaria de lo más gay, que parece que acarrea a su esposa cada día a todas partes. Vamos que lo hace de forma natural.

En fin, por suerte existe la otra cara de la moneda, aunque claro, ya sin tintes cómicos y de esparcimiento. ¿Llevaría a la espalda a tu marido si no tuviese piernas? Algunas sí lo hacen...




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